lunes, 30 de abril de 2012

58 - Puzzle de Noddy en goma eva


Mi peque ha descubierto otros dibujitos que le gustan: Noddy, este simpático duendecillo del País de los Juguetes. Cada capítulo enseña mensajes importantes y cositas para aprender.
Estuve buscando puzzles de Noddy, pero los que vi me parecieron complicados para mi hija, con muchas piezas que creo que no nos servivían de momento. Es cierto que podría habérselo comprado y guardarlo para más adelante (como hago con juguetes o libros que veo que están genial, voy guardando  y le daremos utilidad más adelante) pero estos "ídolos" hoy son pero mañana tal vez no. Y a mi hija le gusta Noddy ahora, tal vez dentro de meses prefiera otros y quizá para cuando el puzzle pueda hacerlo ya no le interesan los personajes. Así que me puse manos a la obra.
Fácil, rápido, económico y actualizado a los gustos de mi pequeñina.



La mitad de dos planchas de goma eva. Imprimí dibujitos de algunos personajes de Noddy, pegamos, recortamos y listos para jugar.
Como puzzle, insertando las piezas y observando los colores de cada puzzle para distinguir dónde va cada una.




Jugando solo con los muñequitos a crear capítulos e inventar historias.




Este se lo di de sorpresa, como casi todas las cositas que le preparo, pero, tal vez, haga algún puzzle más con ella porque cuando juega con ellos me dice que faltan Pillo, Astuto y no sé quién más. Y yo creí que estaban todos los importantes, ja ja. Así que haremos alguno juntas para que no le falte ningún personaje.

Y una cajita para guardar los puzzles con sus piezas.


viernes, 27 de abril de 2012

57 - ¡Que ya no quiero pañal!



Hoy es una fecha para enmarcar en esta familia porque la peque ha hecho un avance importante, que no esperábamos así tan de repente.
Tenía previsto otro post para hoy, pero he preferido esta entrada ya que estaba preparando una específica sobre el pañal.
Desde hace más de un mes tenemos un orinal en casa. Lo compramos con Jirafita, ella lo eligió y lo pusimos en el baño al lado de nuestro WC para que la peque se fuera familiarizando. Es la mar de mono, con su tapa y un botoncito (que hace de cisterna) con su musiquita y todo.  Jirafita lo abría, lo cerraba, se sentaba alguna que otra vez cuando íbamos a bañarla y poco más. Eso sí, al botoncito de la música le ha dado muchas veces.

Desde hace tiempo, hemos ido leyendo un libro que nos regalaron para dejar el pañal, había momentos que nos pedía que se lo leyéramos varias veces seguidas. También, como las partes del cuerpo las aprendió muy pronto, sabía nombrar que las niñas tienen vagina, igual que las mamás  y los niños pene, igual que los papás. En casa hablamos con naturalidad del tema y además ella nos ve ducharnos, sin ropa y está familiarizada. Desde hace poco también sabe que las niñas que son mayores, y que ya no usan pañal, tienen braguitas, como mamá y los niños calzoncillos como papá. Hasta ahí estábamos.
Yo tenía claro que no iba a obligarla a nada y que lo haría cuando ella estuviera preparada.  A pesar de todos los comentarios que me llevan haciendo desde que mi hija tenía 18 meses, que si como habla mucho eso es que deja pronto el pañal, que si yo que estoy en casa que lo intente pronto, patatín, patatán...
Hace unas semanas vi un estuche con unas braguitas muy graciosas y pensé que se las compraría y las tendría lavadas y listas para cuando comenzáramos. Desde el principio he pensado que teníamos todo el verano por delante. Y entre unas cosas y otras, tenía pensado ir a comprarlas el próximo sábado, pero para mi sorpresa esta mañana cuando Jirafita se ha levantado me he encontrado con.....
Viene con mucho esfuerzo  con el orinal en sus brazos y lo pone en el cuarto. “Mami, ufff....ete oninal pesa muncho, lo taido yo solita. Mami quita pañallll, quero hacé pipí/cacá en el oninal, ya no quero pañallll, corre mami, quitame pañallll yaaa”.
A cuadritos me quedé, alucinada perdida. Así que he tenido que improvisar y buscar unas braguitas que usábamos el verano pasado con los vestiditos para que no se viera el pañal, pero no me parecían ideales para comenzar. Prefería algunas que tuvieran “dibujitos” o algo atractivo. Así que usamos esas y luego hemos salido juntas a comprar braguitas. Para salir tuve que convencerla para ponerse el pañal y decirle que ella las iba a elegir.  Teníais que verla lo contenta que iba por la calle con la bolsa con sus braguitas. Luego las hemos lavado y usado la secadora para tenerlas rápido. En cuanto llegamos a casa se fue para el baño, se quitó todo y ahí que se quedó en el orinal pero nada de nada. Y me ha pedido que le lea muchas veces el libro.

Luego cuando las braguitas estaban listas, las hemos doblado juntas y las hemos llevado a un cajón de su dormitorio. Le he explicado que ahí las pondremos todas y que cuando necesitemos una ella puede elegir la que le guste. Después le he enseñado el cajón de mamá y el de papá. Esto le ha gustado mucho porque he visto que se sentía importante, compartiendo cosas de mayores y se ha ido corriendo a enseñarle a papá el cajón de sus braguitas.
Para la siesta y por supuesto, ahora para la noche tiene pañal. Ha tenido cinco escapes y dos aciertos. Le he preguntado muchas veces que si quería hacer pipí, siempre me decía que no. Le he preguntado que donde tenía que hacer pipí, me respondía: “en el oninal” pero lo gracioso es que se hacía justo después de preguntarle. Me llamaba, “mami, mami, limpia eto que e pipi”. Lo he limpiado con paciencia y diciéndole que no pasaba nada que la próxima vez seguro que llegábamos a tiempo al orinal. Iba muy contenta a por otra braguita y al baño a lavarnos, pero de nuevo otra vez. Así hasta cinco veces y algunas muy seguidas. Me ha dado la sensación que cuando sentía que se mojaba, retenía. Por eso cuando la limpiaba al rato volvía a hacerse otra vez. Esto ha pasado al final de la tarde tres veces muy seguidas, justo después de cambiarla y ponerle braguitas nuevas. Por eso creo que ha retenido. No lo sé con exactitud porque es muy pequeña para expresarlo, pero por su carita me parecía que sentía como vergüenza, miedo y no sé qué más. Por eso le he hablado muy tranquila, con mucho cariño y explicándole que no pasaba nada, que teníamos que aprender poquito a poco. (Siempre le hablo así pero me parecía una situación muy importante para ella y que necesitaba un extra de apoyo y confianza).
Qué graciosa cuando se ponía las braguitas limpias, iba corriendo a mirarse al espejo. “Qué monita, qué chuli, me ustan mucho mami, me encanta”. Ja, ja qué risa! Y qué carita de felicidad!!
Una de las veces le he preguntado que si quería que nos trajéramos el orinal al salón para ver si nos daba tiempo (ya que quería ver dibujos y como hoy ha sido un día extraño para ella pues la he dejado). Me respondió que sí, así que busqué un video en youtube sobre orinales y niños y viendo cómo otros niños hacían pipi en su orinal, ella se ha sentado en el suyo y es cuando ha hecho pipi dentro. Muy poquito porque creo que cuando siente que se sale, retiene, pero lo importante es que ha hecho. Papá y yo la hemos elogiado muchísimo, diciéndole que era muy mayor, que estábamos muy orgullosos de ella, etc..le hemos dado también algún pequeño premio como recompensa. Me ha dado la sensación que eso la ha motivado más porque cuando nos hemos ido todos al baño, ha vuelto a hacer allí otra vez, un poco más pero también poco. Luego antes de bañarla hemos tenido otro escape en la alfombrilla del baño pero no pasa nada porque ya está lavada.
Ha estado super contenta después, diciendo que es muy mayor, “una ninia gande, gande”.
Ha cenado con una sonrisa especial, se ha lavado los dientes "con otro aire" y se ha ido a dormir loca de contenta. Eso sí, con pañal. Mañana desde que se levante estará sin pañal, intentaré no salir hasta la tarde que tengo un curso y papá se la llevará a dar un paseo, entonces le pondremos pañal.  Mientras tanto, veremos cómo suceden los días. Por suerte, hoy la caca se ha colado dentro del pañal, a ver dónde toca mañana.
¡Ay! Que mi peque se me hace mayor! Estoy muy contenta por ella, por lo mayorcita que está y lo autónoma. Espero hacerlo bien en esta etapa tan importante por la que está pasando. (¡Ay!, tantos cambios con los dos años, yo lo veo como una pequeña adolescencia, jaja). Me parece una etapa super importante y es algo para hacerlo con mucho tacto, respeto hacia ella, apoyo y elogio por parte de nosotros.
Si os apetece contarnos vuestra experiencia o experiencias (las que tengáis más de un hijo) con el pañal, os lo agradeceremos. Ningún niño es igual y cada uno tiene sus necesidades pero como nos ha pillado tan de “sopetón” es por sacar ideas o recurrir a otros recursos que nos puedan servir y no se nos haya ocurrido.
Gracias.

miércoles, 25 de abril de 2012

56 - Lo que otros "hacen" por ti

Desde que soy madre, soy más consciente de la cantidad de gente que opina y trata de imponer sus métodos o no métodos en otros, y lo más gracioso es que te lo repiten al ver que no te inmutas por si es que no te has enterado.

He aquí algunos ejemplos verídicos.

Situación 1:
Hace unas semanas fuimos los tres a una biblioteca grande. Delante hay una explanada con un parque con palomas y una zona con atracciones de tiovivos tipo ferias.
Mi hija aún no se ha subido a una atracción de esas, que no digo que no se montará porque ¿quién no se ha subido de pequeño y no tan pequeño? pero que de momento no lo ha hecho...¡como si no tuviera tiempo!
Al llegar, salió corriendo hacia unos coches de tope (le gustan mucho los cochecitos) y además con esas luces y música que tiene pues atraen a los peques. Teníamos claro que no se iba a subir, entre otras cosas, porque íbamos a la biblioteca y además los coches no eran para su edad, sino de más mayores. Había dos niños subidos, dando topetazos y el resto de coches "aparcados". Cual es mi sorpresa que mientras mi hija corría hacia los coches y papá y yo tras ella, escucho a un hombre que estaba con una niña que lloraba a moco tendido mucho, de edad similar a la mía y me dice: "están roto, están roto -baja la voz y añade: "es que sino te va a pasar como a mí". Lo miro con cara de ¿perdón? y me repite: "que están roto, están roto dile eso que sino te va a pasar como a mí". Lo reconozco, seré borde pero yo ante esas situaciones y antes de soltar lo que no tengo necesidad de expresar a otros, que encima ni conozco ni me va ni me viene, hablo en silencio. Así que me giré y le dije a mi hija. "Cariño, no te puedes subir ahí porque son de niños más mayores, no es un juguete para tu edad. Mira, ¿ves como esos dos niños se dan topes?, tú podrías hacerte daño y ahora lo que hemos venido es a mirar libros, vamos verás que bien nos lo vamos a pasar". Aquel señor se fue con su hija llorando y nosotros nos fuimos tan campantes a la biblioteca.

Nosotros no mentimos a nuestra hija, no es nuestro estilo, entre otras cosas porque mi hija es pequeña pero no tonta, y mi hija está viendo perfectamente que los cochecitos están funcionando porque hay dos niños subidos y no hay ningún signo que indique que están roto.
No lloró (que podría haberlo hecho y, de hecho, en algún momento ha llorado cuando le hemos negado algo y también es normal, no me gusta que se conforme con todo, me gusta que insista en algo que quiere o le importa pero creo que mi hija sabe que cuando le negamos algo va acompañado de una explicación (nosotros pensamos que a su manera la entiende, siempre lo hemos hecho así) por eso los enfados no suelen durarle mucho, de momento y por suerte).
Pasamos una bonita tarde en la biblioteca y experimentamos con nuevos libros.

Situación 2:

Estamos en la cola del super, mamá sacando productos del carrito y papá guardando los ya cobrados. Jirafita trasteando por allí, bailoteando y moviéndose de un lado para otro. Y un cajero graciosillo de turno algo chistoso. Papá y yo estábamos atentos a Jirafita y en un par de ocasiones le avisamos, "Jirafita vente para acá" (el ascensor y las escaleras estaban cerca de donde ella estaba y a mí el estar sacando productos del carrito y no poder tener como los sentidos plenos para ella me pone un poco nerviosa por si en un momento dado se monta en el ascensor). Total que la peque estaba por allí y va y se asoma a una papelera. Le digo: "Jirafita cariño, ven..." no me dio tiempo a más y salta el graciosillo de turno cajero: "uy que hay un bicho" y a eso que pasa otra igual de simpática cajera y repite: "uy un bicho, qué miedo". Normal, mi hija que no está acostumbrada a que de las papeleras salgan bichos pues se asusta, da un salto y viene a mi lado enseguida.
El graciosillo de turno cajero empieza a reírse y dice: "¿ves? lo del bicho ha tenido efecto". Hablo en silencio sin ni siquiera mirarlo y en mi tono habitual de voz le digo a mi hija: "Jirafita, ahí no hay ningún bicho, ahí hay basura, caca (que es lo que ella aún identifica como basura) y si mamá no quiere que te acerques ahí es por eso, pero no hay bichos, cariño, solo basura, lo que no sirve y eso no se toca).
"¿No hay bicho?" - me pregunta atenta. "No, cariño no hay ningún bicho, solo basura".
Nosotros es que no engañamos a nuestra hija, dije en voz alta.
El graciosillo de turno cajero no dijo ni mú, pero cuando nos íbamos a coger el ascensor va y dice: "bueno, adiós mono". Tras la mirada que le echó mi marido, añadió: "Jirafita era, ¿no?".

Tengo otra que también tiene su miga pero está relacionada con el tema pañal y quiero hacer una entrada aparte al respecto.

Y es que me repatea (y esta no la tacho) lo que otros hacen por mí...bueno, quieren hacer.

lunes, 23 de abril de 2012

55 - Pintando con las manos y los pies



Como ya había comentado en alguna ocasión, mi hija tenía muchas ganas de pintar con las manos y con los pies. Siempre le decía que con los pies cuando llegara el buen tiempo y pudiéramos salir al patio grande pero...
Un fin de semana que estábamos en casa tranquilitos, fuera hacía frío y lloviznaba, pensé que podríamos hacerlo en el estudio, una habitación que tenemos de relax y podríamos aprovechar el espacio central. Así lo hicimos. Pusimos un cartón grande, se me ocurrió pegarle folios de colores y pintar figuras geométricas. Era una actividad "libre" , sin guiar, y me apetecía comprobar lo que mi hija haría.
Como no teníamos paleta (ya hemos comprado una) pusimos la pintura en una bandeja que teníamos muerta de risa  sin usar, que no nos gusta por lo dorada que es. Puse cucharas de colores, pinceles gruesos y delgados, un chándal que le queda corto pero que nos venía genial para poder estar descalza, "la paleta" pegada al cartón para evitar futuras salgo volando cual platillo e impregnado de pintura caidas, la bata de trabajo y comenzamos...

Me sorprendió bastante que, con todo el espacio que había, fue a pintar dentro de los folios. También me gustó mucho ese gesto sin que nadie le dijera nada ¿por qué no decirlo? (es como que tiene un hábito adquirido de pintar dentro del folio y no fuera, como un orden) y también comenzó a poner pintura dentro de las figuras geométricas.



Papá y yo le dijimos que podía pintar por todo el cartón, donde quisiera, fuera o dentro de los folios o dibujos, que podía hacer lo que le apeteciera. Estaba alucinada con tanto espacio para ella sola, para hacer y deshacer a su aire. Cuando ya pintó todo lo que quiso le di un bote de pintura blanco y otro negro y observé lo que hizo con estos dos grandes contrastes. Pintó en un folio con el blanco y en otro folio con el negro. Me pareció bastante curioso también. Luego fue poniendo un pegotito de pintura negra en cada folio y en cada figura.

 



Le dijimos que podía pintarse los pies por encima si quería, así que no se lo pensó y a pintar se ha dicho. Le sugerí que si quería podía mojar algunas canicas en pintura y lanzarlas dentro de una pequeña caja, pintó conchas del mar, hizo carreteras con un par de cochecitos impregnados en pintura y, cuando lo dio por finalizado,  le quitamos la ropa y nos fuimos "en volandas" para la bañera y la ropa a la lavadora.


Después de un baño calentito (la pintura salió perfectamente, primero un enjuague donde el agua salió negra y luego ya un baño), un sandwich, un rico batido de fresa natural y unas palomitas mientras fuera llovía. A pesar de ser media tarde, cayó rendida hasta el día siguiente.
Lo repetiremos más veces. Me di cuenta que no es tan imprescindible que haga buen tiempo porque podemos buscar espacio y limitar un poco la actividad para que no se salga del cartón. Ver su cara de felicidad por cumplir algo que tanto deseaba, me hizo comprender que podemos buscar recursos en cualquier momento.

viernes, 20 de abril de 2012

54 - Cubos - Rompecabezas


Tenía muchas ganas de hacerle a mi hija unos cubos, así que como le fascinan los puzzles, ordenar figuras, etc...pues he decidido hacerlo con los aprendizajes que está haciendo en estos momentos.

He impreso seis montajes con su forma para formar los cubos, he pegado lo que quería que apareciese en cada cubo teniendo en cuenta las posiciones de cada uno para que correspondieran. (De papel y cartulina de colores). Los he plastificado y recortado.


A continuación, los he montado, rellenado de algodón muy apretado para que tengan "cuerpo" y los he cerrado.






Aún nos queda mucho que aprender con este rompecabezas, pero mientras tanto,...a apilar, a encontrar los colores, los números, la luna, el sol, la nube, las figuras geométricas, las vocales...a equivocarnos, a buscar, voltear, este no es, este tampoco, este sí pero no cuadra con aquel...horas para entretenernos, para lanzarlos, momentos de aprendizaje y a jugar, jugar y jugar...a nuestro aire

miércoles, 18 de abril de 2012

53 - Interpretar cuentos de Pocoyo



Como ya he escrito en otras entradas, a mi peque le gusta mucho Pocoyo. Últimamente se entretiene mucho jugando con figuritas de tamaño pequeño, ideales para sus manitas. Me encanta verla idear y crear sus propias historietas con esa media lengua que tiene.
Teníamos estos personajillos de pvc y este cuento que nos habían regalado, así que se me ocurrió que podíamos interpretar los cuentos con los personajes y hacer nosotros nuestra versión como más nos gustara, a modo de teatrillo, pero mi peque me dice: "mami, no poremos". "¿Por qué, cariño?", "poque no tenemo pajadoto". Ja, ja qué risa me dio! a mí no se me había ocurrido que nos faltaba un personaje muy importante de los cuentos, así que, como no teníamos y era primordial para representar lo que queríamos, lo creamos.
Y este es nuestro Pajaroto de plastilina, el árbol, el nido y muy importante, el huevo que sino no podemos representar el capítulo donde nace pajarito. Que por cierto, tenemos que hacerlo también de plastilina.



Y ya estamos todos
  


Estas representaciones de historietas "en mundo real" dan para muchos ratos de juego, risas e imaginación.

lunes, 16 de abril de 2012

52 - Martillo de colores


El martillo de colores es un juguete al que le estamos sacando bastante partido. Observamos los colores y vamos martilleando por parejas, o por filas, en horizontal y bajamos los cuatro, en vertical y lo hacemos de dos en dos.
E incluso en diagonal. Según nos parezca.


Luego volteamos y volvemos a empezar.


Es de madera, con gran colorido y buen acabado.
Con el martillo, los colores y el soporte estamos haciendo otras actividades que ya os iremos mostrando.
Es un instrumento ideal para "desfogar" y para practicar la destreza y habilidad porque aunque, a simple vista, parece fácil, el peque necesita su tiempo para dar los golpes en el lugar adecuado. Por aquí ya lo tenemos dominado.



domingo, 15 de abril de 2012

51 - Historia de un tobogán

Compartimos esta historia, además de querer tenerla en nuestro blog para recordarlo en un futuro como anécdota, por si a alguien os puede servir en algún momento.
A mi hija siempre le han encantado los toboganes, de todos los parques que hemos ido, incluso prefería los grandes a los más pequeños. Siempre hemos estado supervisando e interviniendo para ayudarla cuando creíamos necesario o ella nos lo pedía. Nunca ha sentido miedo, más bien todo lo contrario, se lanzaba ahí sin más y se reía a carcajadas repitiendo “otaveré, otaveré” y volvía a subirse una y otra vez.  Pero la semana anterior a las vacaciones estuvimos en un parque nuevo el Domingo, y había unos toboganes muy raros, estaban como  inclinados hacia un lado y un tanto en pendiente extraña. Yo quiero pensar que ahí comenzó todo, aunque realmente no sabemos si fue eso o no, lo importante es que ya está solucionado.
Jirafita pidió subirse y se tiró una vez y pidió irnos. No le dimos importancia y seguimos nuestro paseo, ella estuvo bien en todo momento. Luego pasamos por un parque que hay en una terraza que frecuentamos y se subió sin problemas (este es de los pequeñitos).
El lunes, se fue con papá al parque mientras mamá impartía clases y al terminar, siempre voy a recogerlos. Estaba jugando con la arena y otros niños. Por la noche, papá me comentó que creía que a Jirafita le daba miedo el tobogán porque no se había tirado ni una vez. Se había subido (es uno que le gusta mucho que tiene un puente y otras atracciones) pero se quedaba allí sentada mirando y no se lanzaba a tirarse.  Decidimos no darle mayor importancia pero sí observarla al día siguiente. Cuando llegué al parque, papá me hizo un gesto que significaba que no se había tirado tampoco, se subía pero no era capaz de tirarse. Así que esa noche sí hablamos los dos bastante y sabíamos que estaba pasando algo. Tenemos claro que nunca vamos a obligar a nuestra hija a hacer algo que no quiera, pero sí somos conscientes de que si algo iba bien y de pronto deja de ir, buscaremos las causas hasta que encontremos la solución.
El miércoles me fui con ellos al parque desde el principio y tuvimos suerte que no había nadie, la animé a subir, a modo de juego, ella subió pero se quedó parada justo arriba del tobogán, en el momento de lanzarse se quedaba ahí mirando hacia los lados, agarrada y no se tiraba. Me entró miedo, la verdad, porque sabía que mi hija lo sentía y yo no sabía dónde estaba el foco. Quiso bajarse y subirse en el balancín, en la rueda que gira...pero volvía a subirse en el tobogán y se quedaba ahí sin poder tirarse.  De pronto apareció su amiguito A. con sus papis y se tiró varias veces seguidas por el tobogán, observé a mi hija y la vi con expresión de “me quiero tirar pero no puedo”. Lo pasé mal, pero pensé que o hacía algo o esta simple situación se podría convertir en algo mayor, así que había que actuar cuanto antes. Le conté a la mamá de A. lo que creía que estaba pasando, la pareja se portó genial porque entre todos propiciamos algunos juegos para los dos peques y por fin conseguimos que Jirafita se tirara.
La mamá de A. se subió encima del tobogán con los peques (cualquiera que nos hubiera visto...pero por ayudar a mi hija no hay límites) así que yo me quedé abajo para cogerla cuando se tirara y darle abrazos y besos. Papá se quedó a un lado animando y el papá de A. al otro lado. Se tiró A. y yo lo recogí y lo elogié, y ahora le tocaba el turno a Jirafita, se quedaba ahí parada queriéndose tirar pero no podía, así que con el corazón acongojado que lo tenía en la garganta, me palpitaba todo a no sé cuántas mil y un nudo en el estómago por no saber qué pasaría, le hice una señal a la mamá de A. para que le diera un empujoncito a Jirafita. Ver la cara de terror de mi hija mientras bajaba el tobogán me asustó enormemente, le di un gran abrazo y muchos besos, le dije que era una campeona y una valiente, que estaba muy orgullosa de ella, que la quería mucho y los animamos a subir de nuevo. “Venga que le toca a A., venga campeón y después la campeona de Jirafita”. Se tiró el peque y llegó el turno de Jirafita, se subió genial pero se quedó allí parada, la animamos y de pronto se lanzó. La mamá de A. no tuvo que empujarla esta vez, ella sola se lanzó. La expresión de su cara igualmente era de terror, pero algo menos. Y así estuvimos varias veces lanzándonos, ella quería en todo momento. La veía como probándose. Se bajaba y repetía “más, más otaveré”. Tuvimos suerte que no llegó nadie más y estuvimos genial  venciendo el miedo, fobia o lo que fuese “practicando”.
Cuando quiso cambiar de actividad, lo hizo pero ya habíamos dado un paso más. Cuando nos íbamos le pregunté: “Jirafita, cariño, ¿qué era lo que pasaba con el tobogán, te daba miedo?” . “Sí”, me respondió como asustada o avergonzada.  “Pero ya no teno miero, ya la nena se tira ota ve”, “sabes que siempre puedes contarle a mamá y a papá lo que está pasando, verdad cariño?, juntos buscaremos la solución....bla, bla, bla.... (quiero pensar que comprendió algo).
El jueves, pidió ella sola subirse y se lanzaba, la expresión de su cara no era de felicidad pero sí de lo estoy haciendo solita, me estoy esforzando, me estoy enfrentando...
El viernes no pude estar con ellos pero papá me contó que ya no había expresión rara, que se tiraba riéndose. Los días que estuvimos de vacaciones se subió en todos los toboganes que vio y quiso, estaba feliz, encantada. Y esta semana ha estado de nuevo en el parque que más nos gusta y que nos sirvió de “terapia” y está encantada como antes, como siempre. Se tira, se tira y se vuelve a tirar, se ríe a carcajadas y “otaveré, otaveré, otaveré”.  “Papi vamo a paque que Jirafita se tira mu mien por tomogá”
Es muy importante estar atentos a los comportamientos, expresiones o silencios de nuestros peques porque, a la más mínima, la situación les asusta por lo que quiera que sea y si no nos damos cuenta se puede producir una fobia o situación peor, que solucionarse se soluciona pero se pasa peor cuanto más tiempo haya pasado y más lo evitemos. El evitar no es la solución sino el enfrentar.
Luego lloré, me desahogué, liberé el miedo, la angustia y la impotencia que había sentido al ver la cara de terror de mi hija y la culpabilidad por haberla empujado, ....y cuando creí que ya me había liberado, pensé que habíamos sabido darnos cuenta a tiempo, que habíamos actuado rápido, con los recursos que tuvimos a mano y fueron surgiendo y que por fin nuestra pequeña volvía a sonreír encima de un tobogán. Ahora sé que si no se sube es porque no le apetece y no porque le de miedo. Aprendimos una lección juntas y que, de algún modo, nos ayuda a crecer.

jueves, 12 de abril de 2012

50 - Mini-puzzles a doble cara



Como la peque sigue pidiendo hacer puzzles, hemos hecho estos manuales en casa a los que les estamos sacando mucho jugo.
Tan simple como imprimir unas imágenes de animales (hemos elegido las mamás y los hijitos) y los hemos pegado en cartulinas de diferentes colores y luego hemos plastificado; finalmente, hemos recortado y nos han quedado doce mini-puzzles.
Por una cara tenemos a las mamás con sus peques y si lo volteamos tenemos puzzles de colores. Así que tenemos dos puzzles en uno y con bastantes posibilidades de juego.


Utilidades:

- Trabajamos la atención y percepción visual.
- Diferenciamos grandes de pequeños.
- Recordamos los nombres y sonidos de los animales.
- Recordamos los colores y buscamos los iguales.
- Trabajamos la destreza, la motricidad fina, la paciencia y la capacidad de concentración.


De momento, os dejamos estas imágenes por si a alguien les apetece hacerlas. Es muy fácil y, si a vuestros hijos les gusta encajar - hacer puzzles, les encantarán.



Las mamás a un lado y los hijitos a otro



Y luego queda todo recogido en esta cajita donde guardamos otros juegos también hechos en casa (podeis verlo aquí).





lunes, 9 de abril de 2012

49 - Haciendo coladas



Pues sí, ya estamos de vuelta de las vacaciones y hemos alcanzado el objetivo que queríamos, que era desconectar. La prueba del tobogán ya está superada, escribiré una  entrada específica por si a alguien le sirve.
Y claro, a la vuelta estamos haciendo coladas tras coladas, pero menos mal que nos ha salido una ayudanta para que la faena sea más amena.
Estos peques son esponjas y la nuestra está en momento de imitar absolutamente todo. Antes de las vacaciones me revolvía los cestos de la ropa (daba igual la limpia que la que íbamos a lavar) y esparcía la ropa por ahí. No paraba de decir que quería tender, que quería "auidar". "Yo pamién quero, yo quero tende, mame pinza, quero auidar".
Además de pasearse todo el santo día con este libro mirando las ropas.







Así que papá se puso manos a la obra y le fabricó este gracioso tendedero.



Jirafita estaba fascinada desde que le dijimos que papá le iba a hacer uno para ella solita. Acompañó a papá a buscar la madera, estuvo presente mientras la cortaba, nos acompañó a comprar las cuerdas, la cesta y las pinzas. (Ella eligió los colores de cuerda y cesta).
Así que le preparé un cesto con ropita que le iba pequeña, como algunos calcetines, bañador, una toalla, camiseta... y la abuela le ha hecho unas mantitas de lana para sus nenes (muñecos). También le he dado unas perchas mini que ya no me sirven para su ropa.
Está como loca, todo el día tendiendo y recogiendo ropita. Es para verla, yo la observo sin que me vea y me río sola. A los nenes (es que se llaman así, el nene, la nena y....jaja...los nombres se los puso ella y cualquiera los llama de otra manera que te responde: "eh, no, que ete e el nene") los sienta en su mantita de actividades de cuando era bebé, los desnuda y se pone a tender.


Creo que le vamos a sacar bastante utilidad a este tendedero, si ya con dos añitos se lo pasa pipa, no me quiero ni imaginar cuando juegue a las casitas de verdad.
Fácil, rápido, adaptado a su altura, más económico imposible y con una gran satisfacción para la peque por tener su propio tendedero y sentirse orgullosa de colaborar. Sigue esparciendo ropas por el suelo, pero las suyas, las de sus nenes. Aunque claro, a veces, ya sabemos a quién le toca recoger si no quiere ver todo por ahí tirado.
Y buscando unas pinzas diferentes me topé, en un todo a 100, con estas que me parecieron super cucas.



Y a seguir tendiendo...




Ya sabeis, si quereis tener a vuestros peques un rato entretenidos este tendedero es ideal, además que estoy segura que le buscaremos otras formas de divertirnos.

Y para terminar, comunicaros que en las vacaciones os he leído, no me he perdido ningún post pero sólo pude comentar una vez, fue a Yasmin, de mi mamá me mima, y luego el móvil se me bloqueó. Se ve que la conexión era lenta, así que decidí sólo leer y comentar a la vuelta. Así que poco a poco me iré pasando por vuestros blogs.
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